Para aquellos que no lo sepan, hace unos años estuve muy cerca de ir a la Universidad pero finalmente me había quedado fuera por tan solo cinco personas, después de todos los procesos de selección.
¿Que sería de esas cinco personas? ¿Como les iría allí dentro? ¿Habrían conseguido sus sueños? Y otra pregunta casi obligada ¿conseguirían trabajo de lo suyo?. A veces me lo pregunto, pero al final siempre llego a la misma conclusión: Va siendo hora de levantarse que espera un largo día por delante.
Rabia, lamento, un sueño frustrado por no conseguir entrar después de tanto esfuerzo (y no, no iba hacer Periodismo, sino Magisterio en Educación Infantil), pero finalmente acabe cogiendo otros caminos, porque a pesar de los palos, lo de rendirse pues como que no, la verdad.
Cinco personas, un número impar, en ocasiones pequeño, pero en otras ocasiones tan grande que puede significar algo importante, tanto para bien, como para mal. Quizás una de mis mayores decepciones ha sido no poder pisar la Universidad, quizás el haber entrado hubiera cambiado algunas cosas, o quizás no. Tampoco soy un oráculo, porque si lo fuera estaría perdiendo dinero. ¿Estafador? No. Sobresueldo.
"La vida continúa", "Sigue adelante", "Lo acabarás consiguiendo". Estas eran las frases que escuchaba durante los primeros meses tras la "patada", a excepción de dos frases: "Dinero que no tiras a la basura" y "Esto te hará más fuerte". A la primera frase con solo una mirada hacia esa persona se dijo todo y a la segunda frase aún le sigo dando vueltas. No sé si me ha hecho más fuerte, tengo la sensación de que no, pero como diría Freddie Mercury, "The Show Must Go On".
